Presentación de Chambord

En Chambord se descubre un lugar ideal de armonía y de modernidad.

Un palacio que surgió en el corazón de las tierras pantanosas de Sologne. Francisco I, un rey joven, fue quien ordenó su construcción. Se trata de una obra arquitectónica monumental que el rey mostraba a los soberanos y embajadores como símbolo de su poder, inscrito en la piedra. El plano del castillo y sus decorados están diseñados entorno a un eje central: la famosa escalera de doble revolución, inspirada por Leonardo da Vinci, una espiral ascendente que lleva desde la planta baja a las terrazas en las que culmina la torre linterna.

Chambord, dentro de la lista de Monumentos Históricos de Francia desde 1840 y Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1981, es una de las construcciones más sorprendentes del Renacimiento. Lejos de ser un palacio residencial o incluso un palacio de caza, Chambord encarna una verdadera utopía: la de una fantástica obra de arte que sigue revelando sus secretos. La utopía fue la palabra clave en la celebración de sus 500 años e incluso, el espíritu del Renacimiento.

En Chambord se descubre un lugar ideal de armonía y de modernidad. Conservar el patrimonio de la humanidad no es una postura fija, más bien al contrario, un continuo cuestionamiento para hacerlo sensible al público más amplio. Por tanto, cada año, se presentan a los visitantes nuevos acondicionamientos y proyectos y una rica programación de eventos culturales a lo largo del año.

Descubrir las actividades que se pueden hacer en el castillo y en los jardines franceses
Al visitar Chambord se accede a otro mundo, un mundo repleto de misterio que abre sus puertas

Nada más cruzar la muralla, de 32 kilómetros de largo, uno se sumerge en un mundo aparte, en el que hasta el momento solo se aprecia la arquitectura imaginada por Francisco I e inspirada por Leonardo da Vinci. Se trata de una impresión incomparable la que absorbe al visitante. A continuación, cada uno puede diseñar su recorrido por el conjunto del dominio, desde la plaza Saint-Louis hasta las terrazas del castillo, pasando por la residencia real, las cocinas del siglo XVIII, las viñas de Ormetrou, los jardines-huertos de permacultura, las caballerizas del mariscal Saxe, los jardines franceses o incluso el gran paseo.